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Rodrigo Araya Dujisin

Irak y la primavera de internet (continuará)

Irak y la primavera de internet  (continuará) Columna de opinión publicada en el diario La Tercera el 25 de Marzo de 2003 por Rodrigo Araya Dujisín

[25.03.2003] Nunca antes se había visto a miles de personas protestando por una "posible" guerra. Simplemente insólito e inédito. Los dos millones de manifestantes en Londres en febrero pasado fue algo sencillamente impactante, nunca antes visto. 500 mil en Nueva York, nada de mal. Semanas antes 800 mil entre San Francisco y Washington DC. Estas no son cifras ligeras para un país que no registraba manifestaciones tan masivas desde las protestas en contra de la guerra de Vietnam a fines de los '60. Además, hubo otros tantos manifestantes en cada una de las 300 ciudades norteamericanas donde se registran protestas en estos días. También las hubo en Madrid, Praga, Islamabad y Santiago, por nombrar sólo algunas ciudades de las decenas de países donde se han visto manifestaciones antiguerra en las últimas semanas.

Estas manifestaciones no tienen comparación con ningún otro momento de la historia. Incluso, al comparar este movimiento con las protestas en contra de la guerra de Vietnam, surgen diferencias de fondo. Mientras las protestas de fines de los '60 se acotaron a ciudadanos norteamericanos, las actuales manifestantes se expresan en decenas de ciudades y países. En términos de cantidad de manifestantes, quizás también estemos hablando de la más masiva de las protestas a nivel mundial. No obstante, lo más significativo de las manifestaciones pacifistas actuales es que se producen antes de que la guerra se produzca. Las protestas pacifistas contra la intervención en Vietnam, por ejemplo, se produjeron dos años después de desatada la guerra. En este caso, las manifestaciones comenzaron en paralelo a las gestiones diplomáticas y a las movilizaciones de tropas.

¿Qué ha pasado desde Vietnam hasta nuestros días que explique esta situación? La primera tentación es decir que es la globalización, con toda su vaguedad y alcance explicativo. Pero, ¿qué se globaliza? ¿Los sentimientos pacifistas? Probablemente no. Hay registros de pacifistas desde los griegos e incluso de las culturas prehispánicas. ¿Se globaliza entonces el enemigo? No, porque ni siquiera los norteamericanos saben bien dónde queda Irak y menos saben por qué hay que desarmarlos. ¿Es la televisión? Un poco, ya que permite que las personas conozcan lo que está pasando en el planeta o, más bien, lo que dicen que está pasando las cadenas noticiosas de uno y otro lado del "eje moral". Pero algo falta, ya que la TV no permite que las personas se organicen. Es oportuno señalar la gran paradoja de estos días de guerra en tiempo real, donde más que nunca existen medios de información y, sin embargo, el ciudadano común y corriente no sabe qué creer, ya que la guerra también se está dando en las pantallas.

En un lúcido artículo de Leander Kahney en la revista Wired plantea que el factor central en esta discusión es internet, puesto que, además de ser un medio de información, es un medio efectivo de organización. Hay que agregar que los conductos ciudadanos ya venían aceitados con las protestas antiglobalización, que se vienen sucediendo sistemáticamente por el orbe y cuya logística se basa en buena parte en el uso político de internet.

Un botón de muestra para ver lo que está pasando en la red en estos días. Si hacemos una búsqueda en Google con "antiwar" encontraremos 168 mil sitios web. Si buscamos por "Irak" encontraremos más de 10 millones de sitios, lo que al parecer es una cifra alta, puesto que al buscar por "Irán" (como país de referencia) son apenas 500 mil sitios. La red está muy activa en estos días y en sus conductos y pantallas fluyen y se expresan las voluntades ciudadanas tal como alguna vez se tomaron las calles de Praga.

La primavera ciudadana de internet debe ser entendida en sus dos dimensiones. Por un lado están las protestas reales, en ciudades reales con ciudadanos reales que se convocan y organizan por internet. Por otro lado están las manifestaciones virtuales que van desde las miles de cadenas de e-mails, de todos los tipos y para todos los gustos, que circulan por estos días, hasta expresiones más organizadas como la marcha virtual a la que convocaron organizaciones de internautas pacifistas el 25 de febrero pasado, donde millones de e-mails y llamadas telefónicas hicieron colapsar los sistemas de comunicación de la Casa Blanca.

Quienes tienen acceso a Internet (20% en Chile) sabrán de qué estamos hablando y de seguro tienen en sus Inbox al menos un e-mail con cadenas de mensajes pacifistas, llamados a firmar en contra de la guerra, a favor de la paz, llamados a no comprar gasolina, cartas abiertas de escritores, llamados a prender la luz todos juntos un día y hora para iluminar a la humanidad, etc. La más sorprendente de las que he recibido en estos días es una que intentó juntar voluntades para que el Papa se instale en Bagdad. Según este llamado, la vida del Papa sería quizás la única que George Bush no estaría dispuesto a poner en peligro. Por lo tanto, millones de personas alrededor del mundo, hasta la semana pasada estaban enviando e-mails al Papa, pidiéndole que personalmente se estacione en Bagdad, hasta que se encontrará una solución adecuada. Esta campaña también se hizo con el Dalai Lama y otros líderes espirituales del mundo, para que se reunieran en Irak y así cambiaran el destino de esta guerra.

La pregunta relevante que surge es si estas expresiones ciudadanas están influenciando a quienes toman decisiones. ¿Podrá Blair hacer como que no ha pasado nada después de "la madre de las protestas" en Londres? ¿Qué costos deberá pagar Aznar por actuar en contra de la opinión mayoritaria de quienes representa? Respecto a lo que está pasando en la red: ¿son sólo testimonios graciosos o nuevas formas de poder ciudadano?

Aunque ya es demasiado tarde para evitar la guerra, si alguien se anima el e-mail del Papa es vis@pressva-vis.va, el del Dalai Lama ohhdl@vsnl.com y el de George Bush: president@whitehouse.gov.

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